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Personajes

Eduardo Fernández León: “No me imagino mi vida sin Tricao”

Eduardo Fernández León: “No me imagino mi vida sin Tricao”

Accionista en FFV, Consorcio, Entel y Pucobre, “el Negro” Fernández es también fundador de Parque Tricao, una reserva ecológica de 100 hectáreas ubicada en la comuna de Santo Domingo, Región de Valparaíso, en la que ha invertido más de US$ 20 millones, y que cuenta, entre otras cosas, con el aviario más grande de Sudamérica. En esta entrevista, el empresario cuenta la historia del parque y entrega su visión sobre la naturaleza.

Por: José Tomás Santa María | Publicado: Sábado 30 de noviembre de 2024 a las 21:00
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“Siempre me han gustado mucho los pájaros, sobre todo por su gran diversidad”. A sus 85 años, Eduardo Fernández León intenta visitar Parque Tricao al menos una vez por semana. “Y espero seguir haciéndolo siempre, porque es un lugar que me llena de paz y tranquilidad”, confidencia “el Negro”, como lo llaman sus amigos, en conversación con DF MAS.

Es uno de los hombres de negocios más relevantes del país, con participación en empresas como Consorcio, Entel, Pucobre y FFV, entre otras. En su carrera profesional ha creado, participado y vendido decenas de empresas. Pocas veces da entrevistas. Pero cuando se le escucha hablar de helechos, humedales, quebradas, flores, boldos, cisnes, patos gargantillos, taguas, garzas y hasta musgos, pareciera que no hay nada más importante.

“Me da mucha alegría cuando se registran hitos mundiales en avistamiento de aves; por ejemplo, hace un tiempo se captó a un búho tucúquere depredando a un chuncho, o cuando nos visitó una garcita azulada, ave que no se veía desde hace 60 años en la región de Valparaíso”, cuenta Eduardo Fernández.
 
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Parque Tricao es una reserva ecológica privada de 100 hectáreas, emplazada en la comuna de Santo Domingo, región de Valparaíso, ubicada al costado sur del condominio Las Brisas. Al recorrer sus senderos no pasan inadvertidos el tranque, diversos jardines, un humedal, y por supuesto, el aviario más grande de Sudamérica.

Fue fundado por Eduardo Fernández -hoy perteneciente a la Fundación Tricao-, y está emplazado en las tierras que su padre, Luis Alberto Fernández, compró en 1939. “Yo crecí rodeado del típico campo de la zona central de Chile, donde mi papá tenía una casa sencilla en la que vivió hasta sus últimos años. Si hace 20 años me hubieran contado que estas tierras, que conozco tan bien desde chico, se convertirían en el Parque Tricao, no me lo hubiera creído”. 

Habiendo visto y recorrido tantas veces sus potreros y quebradas, un día algo le hizo click y se dio cuenta del potencial y las posibilidades que existían de revitalizar el paisaje. Ahí aparece un personaje clave en esta historia: Stuart Moore, arquitecto, paisajista, y más que eso, dice Fernández, “un amigo desde hace muchos años”. Con él comenzaron a explorar el entorno imaginando qué hacer en cada uno de sus espacios. 

“Vimos en cada lugar, en cada quebrada, una oportunidad para crear algo más verde, más nativo para devolver a la naturaleza autóctona a su estado original”, narra el empresario. Y continúa: “Creo que la conexión con la naturaleza viene de esa infancia en el campo, y el deseo por su conservación proviene de una pasión por el arte, la estética y la belleza intrínseca de lo natural, que siempre han sido de mi interés”.

El primer hito fue la creación del tranque en 2007. Luego vinieron el humedal Giverny, el aviario en 2018 y más recientemente el Jardín Botánico el 2020. 

“La naturaleza es muy cambiante, y creo que el crecimiento de Tricao ha seguido esa filosofía. Hemos realizado muchas limpiezas de malezas y de especies invasoras; despejando quebradas que se han convertido en senderos maravillosos, creando espacios que conectan a las personas con la flora y la fauna, con el aire libre y las formas que nos entregan flores, árboles, helechos, hongos y hasta musgos”. 

“Parque Tricao representa para mí un legado de belleza natural y conservación que debe estar a disposición de todos quienes deseen disfrutarlo”.
Así, lo que nació con la idea de mejorar terrenos para que amigos y conocidos los disfrutaran, se convirtió en la creación de un parque. “Trajimos miles de árboles nativos, diversas plantas y flores, y protegimos los humedales, vitales para las aves que están sufriendo debido a la creciente sequía. Fue en ese proceso que comprendí que este lugar debía estar abierto al público y a las escuelas y fundaciones, lo cual concretamos en 2019, cuando Parque Tricao abrió sus puertas a la comuna, al país y al mundo”, asegura.
 
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En 1999 Eduardo Fernández recibió el premio Icare en la categoría Empresario.  “Soy de familia de agricultores de tradición, habiendo recibido el ejemplo de mis padres, quienes son mi modelo”, decía entonces ante el público, luego de ser presentado por el entonces presidente de Icare, Mauricio Larraín. Y agregaba: “No podría en estos instantes dejar de hacer mención de mi padre, ya en el cielo, quien ha sido mi maestro, mi amigo sincero, mi capitalista inicial y claro está, mi muy querido y cercano padre”.

A los 22 años Eduardo Fernández se graduó de Ingeniería Comercial en la Universidad Católica, pero antes de eso ya había iniciado su carrera empresarial. Historias hay para escribir un libro. Cuando cursaba segundo año, junto a su amigo, compañero de colegio y universidad, Manuel Cruzat, abrió una oficina de contabilidad; fue dueño de la fábrica de helados Chamonix; también vivió en Paraguay, donde tomó un frigorífico en quiebra y la sacó adelante; y ya en un negocio mucho más relevante, participó de la propiedad de Chilquinta.

Pero entre todas estas aventuras y pese a lo diversificado de su portafolio, “la veta principal de mi actividad empresarial -dijo ese año 1999 en Icare- la he concentrado en el desarrollo inmobiliario, habiendo emprendido obras pequeñas, y a decir verdad, otras no tanto. Es allí donde he puesto el corazón, y me esforzado por no descuidar ningún detalle, por pequeño que sea”.

Seis párrafos después en el mismo discurso, dijo: “Pero si en este orden debiera marcar preferencias, me quedo con Las Brisas de Santo Domingo. Este terreno fue un fundo que por más de 60 años ha pertenecido a la familia. Son suelos de secano, de escasa productividad y aparentemente con mero destino agrícola. Hoy se ha convertido en mi proyecto regalón”, decía acerca de esta iniciativa inmobiliaria que se ubica a un costado de lo que años después sería Tricao.
 
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Cuando se refiere a Parque Tricao, Eduardo Fernández siempre lo hace en plural. Para él esta es la hazaña de un equipo. El que más se repite es Stuart Moore. “Lo conocí hace muchos años y hemos trabajado en diferentes proyectos juntos. Hemos realizado cosas muy bonitas con Stuart, algunas veces incluso hemos tenido discusiones algo polémicas. A veces, soy yo quien tiene una idea, y otras veces es él quien propone algo distinto. Discutimos, intercambiamos opiniones y, al final, siempre logramos llegar a un acuerdo”, relata.

También menciona a Narciso Cabrera, de Leyda, que trabaja en el parque desde hace 13 años, “es realmente un maestro artesano, vocación que también le ha heredado a sus hijos”. 

“Quiero mucho a Chile. Siempre hemos sido una familia que creyó en su país y crecimos aquí. Lo importante hoy es mirar al futuro y dar oportunidades para el desarrollo, para que haya trabajos de calidad y para que las futuras generaciones puedan disfrutar de una mejor vida y tengan el camino despejado para progresar”.
En el parque, repartido por distintos lugares, hay unas terrazas con forma de pájaro hechas de acero corten por Narciso Cabrera. “Ese diseño, por ejemplo, lo hizo Stuart en una servilleta, y luego eso se llevó a escala, y hoy son una escultura icónica del parque”, dice.
También forma parte de este grupo su sobrino y director ejecutivo de la fundación, Nicolás Vicuña Fernández: “Ellos han sido claves en todo lo que hemos logrado. Sin ellos, nada de lo que hemos hecho hubiera sido posible”.

Este año recibieron el premio Travelers Choice 2024 Tripadvisor. “La importancia de este reconocimiento es que constituye un premio que entrega la gente; son las personas quienes han posicionado a Tricao como un sitio imperdible dentro de su paseo, o visita a la región y a Chile, porque nos visitan también bastantes extranjeros. (…) Además, el premio es una validación de nuestro compromiso con el desarrollo de la comuna y de la región, consolidando a Santo Domingo como una ‘comuna parque’”, manifiesta el empresario.
 
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El grupo Fernández León es hoy uno de los más relevantes del país, presente en distintos sectores de la economía. En el área inmobiliaria, su buque insignia es FFV; a través de la sociedad Banvida son dueños del 44% del Grupo Consorcio, holding presente en la industria de seguros y bancaria; a través de Inversiones FF Minerals, son dueños del 26% de la compañía minera Pucobre; por Inversiones Teval, tienen casi el 10% de Almendral, la sociedad dueña del 55% de Entel.

Fue por años cocontrolador del Grupo Banmédica, empresa que vendió en 2017 a United Health Group, operación por la cual recibió unos US$ 800 millones. Es socio también con Leonidas Vial en la sociedad de inversiones Santana.

Pero pese a este prolífico portafolio, Eduardo Fernández prefiere mantener un bajo perfil, tanto así, que en muy pocas ocasiones ha participado en los directorios de las empresas en las que tiene interés. Rara vez habla públicamente.

Es también un activo filántropo. Entre otras donaciones, además de Tricao, las más públicas son las que realiza en el sector educación a través de la Universidad de los Andes, y en vivienda, con la fundación La Primavera.

- ¿Cuál es su visión respecto a la relación de los empresarios chilenos con la filantropía?
- No puedo más que reconocer muchas acciones de empresarios que contribuyen desde distintas veredas a tener un país mejor, sin esperar retribución. Creo que cada esfuerzo, grande o pequeño, es un paso para aportar en el desarrollo de Chile y su sociedad. Para mí, ver el recibimiento de las personas y cómo la naturaleza nos ha devuelto la mano ha sido personalmente muy gratificante y llenador. No me imagino mi vida sin Tricao.

- ¿Cómo conversa esta obra con otras que realiza usted, como la Fundación La Primavera o la Universidad de los Andes?
- Mi gran motivación es impactar en forma positiva en la vida de las personas. Así lo he hecho a través de distintas obras, como por ejemplo en la educación, mediante la Universidad de los Andes y Aula Tricao; en el medioambiente y en el turismo, por medio de Parque Tricao, y en mejorar las condiciones de  vivienda de personas vulnerables, a través de la Fundación La Primavera.

- ¿Cómo ve el momento actual del país y qué espera hacia adelante?
- Quiero mucho a Chile. Siempre hemos sido una familia que creyó en su país y crecimos aquí. Lo importante hoy es mirar al futuro y dar oportunidades para el desarrollo, para que haya trabajos de calidad y para que las futuras generaciones puedan disfrutar de una mejor vida y tengan el camino despejado para progresar.
  
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Una historia que a Eduardo Fernández le fascina es la del boldo a la entrada del humedal Giverny. Se trataba de un tronco muerto, sin ramas ni hojas, y lo instalaron al ingreso de este espacio, como un vestigio de la importancia del cuidado del entorno. “Para sorpresa de todos, meses después este tronco revivió, comenzó a brotar, le salieron hojas por todas partes y hoy es un boldo fuerte y frondoso, que nos recuerda la resiliencia de los árboles y de la naturaleza en general. Este tipo de hitos emocionan, y nos muestra también que estamos siguiendo el camino correcto”, comenta.

El humedal Giverny es uno de sus preferidos. La inspiración vino durante un viaje a Francia que realizó junto a su mujer, Valerie MacAuliffe. “Quedamos maravillados con los jardines de Giverny, que inspiraron a Claude Monet para sus pinturas. Al regresar a Chile en 2016, decidimos, con la ayuda de Stuart, replicar esa belleza en Tricao. Para quienes no lo conocen, estos jardines sorprenden con senderos rodeados de flores, árboles nativos, riachuelos y lagunas. Es un espectáculo todo el año, donde jugamos con las épocas de floración de las diferentes especies para que siempre sea una experiencia especial”.

Pero si de hazañas se trata, la más importante, sin duda, fue la construcción del aviario. Al descubrir un precioso bosque entre dos acantilados, surgió la idea de cubrirlo desde arriba, creando un espacio amplio para que las aves volaran libremente.

Viajaron a Sudáfrica para conocer el Aviario Birds of Eden, trabajaron 15 meses, y mandaron a fabricar una malla de acero, cuyos aros fueran lo suficientemente pequeños para que pasen las aves, pero no lo suficientemente grandes para que pasen los bichos. Así lograron transformar esa quebrada en el gran Aviario de Parque Tricao. “Hoy, este aviario es el más grande de Sudamérica, tiene una extensión de dos hectáreas y alberga más de 50 especies de aves exóticas, con más de 800 ejemplares. El éxito que ha tenido ha sido impresionante; cientos de personas llegan todos los días para vivir esta experiencia, que es muy única, muy distinta”. 

- Cuál es su relación con las aves, ¿tiene una historia particular ahí que contar?
- Lo que más me ha llamado la atención es la resiliencia de los cisnes de cuello negro por cómo buscan su alimento y cómo cuidan a sus crías. Cuando los cisnes hembra empollan, se quedan en el lugar y el macho no deja a nadie acercarse. Si uno quiere mirar más de cerca, te pegan un picotón; y cuando nacen, para protegerlos los suben sobre su plumaje camuflándolos, y sacan a pasear a los polluelos. Es una imagen conmovedora.
 
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Probablemente lo que más motiva a Eduardo Fernández es observar la cantidad de personas que día a día ingresan al parque. “Este año, para el aniversario de la comuna de Santo Domingo, regalamos entradas al municipio para que los vecinos pudieran venir gratis al parque. Fue impactante ver cómo solo el primer día se agotaron las más de 800 entradas. Esto es reflejo del cariño que tiene la gente por Tricao”.

“Sueño con un país que valore y proteja sus recursos naturales, donde el desarrollo y el crecimiento económico dialoguen con el cuidado del entorno”.
La fundación se ha fijado entre sus objetivos el de la conservación, el turismo y la educación. “Aula Tricao es un componente clave dentro de nuestra misión de educar a través de la naturaleza. Esta iniciativa ofrece a niños, niñas y jóvenes la oportunidad de aprender sobre el entorno natural, reforzando desde temprana edad la importancia de la educación ambiental. El contenido de los programas está alineado con los planes educativos del Ministerio de Educación, lo que garantiza que las actividades que se realizan en el parque complementen los aprendizajes formales de los estudiantes”, explica el empresario. 

Desde su creación en 2022, han participado 8.963 estudiantes en Aula Tricao; se han realizado 217 programas, con participación de 122 colegios municipales.

- ¿Cuánto han invertido hasta ahora en Tricao?
- Tricao partió con una fuerte inversión inicial; en 2019 hablábamos de US$ 20 millones, pero eso no cubría el costo operacional, y en estos años además hemos hecho el Jardín Botánico, habilitado nuevos senderos, limpiado otras laderas y reforestado, además de ofrecer nuevas atracciones como el canopy. Ese costo tampoco se financia con las entradas, por lo que hasta hoy no se ha detenido la inversión.

- ¿Cuál es el plan hacia adelante para el parque?
- Desde el inicio, junto a Stuart, Nicolás Vicuña y todos los que formamos parte de Tricao, hemos mantenido la visión de seguir buscando iniciativas que aporten valor al parque. Nos enfocamos en la preservación de la flora y fauna, y en rescatar, revivir, innovar y crear nuevos espacios. Por eso, es probable que Parque Tricao nunca esté completamente “terminado”, ya que las ideas son infinitas, y, como la naturaleza misma, Tricao es un lugar en constante cambio y evolución. 

- ¿Le gustaría que Parque Tricao fuera su legado para Chile?
- Parque Tricao representa para mí un legado de belleza natural y conservación que debe estar a disposición de todos quienes deseen disfrutarlo. Es un espacio destinado a educar, descansar, hacer deporte y compartir en familia. Me gustaría que se mantuviera como un referente de conservación y un lugar accesible para las futuras generaciones.
 
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“Sueño con un país que valore y proteja sus recursos naturales, donde el desarrollo y el crecimiento económico dialoguen con el cuidado del entorno”, se plantea Eduardo Fernández casi al terminar esta entrevista otorgada específicamente para hablar de Parque Tricao.

- ¿Qué piensa cuando está ahí dentro rodeado de naturaleza?
- Pienso en que mi papá se impresionaría al ver lo que hemos podido levantar en este secano costero. Hay sectores del parque, sobre todo en el fondo de las quebradas, que a uno lo llevan al sur de Chile, un paisaje que las personas no creerían que pueden encontrar a dos horas de Santiago, en la zona central del país. Pienso también que el esfuerzo valió la pena. 

El grupo Fernández León está presente en distintos sectores de la economía. En el área inmobiliaria, su buque insignia es FFV; a través de la sociedad Banvida son dueños del 44% del Grupo Consorcio, holding presente en la industria de seguros y bancaria; a través de Inversiones FF Minerals, son dueños del 26% de la compañía minera Pucobre; por Inversiones Teval, tienen casi el 10% de Almendral, la sociedad dueña del 55% de Entel.

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